Cambio climático genera impactos negativos y positivos en la agricultura y en los suelos

El director del Departamento Académico de Suelos de la Escuela Profesional de Agronomía de la Universidad Nacional de Piura, Ing. José Remigio Argüello, afirmó que, en el análisis de las variables meteorológicas, alteradas por el cambio climático, como las lluvias y la temperatura, los efectos del cambio climático pueden ser cuantificados como positivos o negativos, para las especies vegetales, los suelos, en general para la biodiversidad y la sociedad.

Explicó que, a consecuencia de los impactos del cambio climático, se tiene una mayor recurrencia de eventos de sequía y altas precipitaciones, variaciones estacionales anómalas de temperaturas extremas altas y bajas y que los fenómenos naturales de corta duración, como el ciclón Yaku y las precipitaciones que ha generado, permiten el análisis cuantificado de un balance entre los aspectos negativos y positivos.

“Es importante que este balance tenga una valoración económica, no sólo desde el punto de vista del daño, sino también ecológico, valorando los servicios ambientales que ofrece. Eventos cíclicos severos como el Fenómeno de El Niño deberían valorarse en ese sentido y falta investigar mucho al respecto”, sostuvo el también profesor principal de la referida escuela.

Indicó que para tal efecto se debe tener en cuenta los efectos positivos como la recarga de acuíferos (incremento de reservas de agua subterránea), generación de biomasa (regeneración natural de pastos y bosques), mejora el paisaje, mayor captura de CO2 de la atmósfera por la generación de biomasa, e incremento de sumideros de carbono.

Igualmente se debe considerar la recuperación de biodiversidad (flora y fauna, macro, meso y microfauna), mayor población de insectos polinizadores (abejas), recuperación de suelos salinos por lavado de suelos con altas precipitaciones, lavado de sustancias contaminantes, aporte de nutrientes, como el caso del nitrógeno y la ruptura de ciclo de plagas y enfermedades

De la misma manera se tiene que tener en consideración los efectos negativos como la erosión en laderas de lomadas, colinas y montañas y la pérdida de capa fértil del suelo, la pérdida de área cultivada en procesos extremos como El Niño, la disminución de rendimientos por efecto de temperaturas extremas (caída de floración, disminución de fecundación, y el retardo en la maduración y cosecha.

Asimismo, el incremento de la salinización de suelos, sedimentación en represas (disminución de capacidad de almacenamiento), sedimentación en cauces en cuenca baja y media de los ríos (disminución de sección hidráulica, inundaciones y erosión ribereña) y daños en infraestructura (colapso de canales, puentes, vías, viviendas).

En relación al Yaku dijo que, si antes de este evento había sequía, estas lluvias han regado toda el área cultivada, ha beneficiado a la agricultura, y que no ha habido áreas perdidas por exceso de lluvias. “El agricultor evitó regar, los cultivos más exigentes son regados cada 10 a 15 días y los suelos con mayor capacidad retentiva de humedad, según la especie vegetal, necesitan riego a los 25 a 45 días”, precisó.

Yaku, en algunos aspectos “nos hizo un favor”, irrigó los suelos de campos productivos, el desierto y otras áreas que tienen problemas de sales. “La lluvia lavó las sales y las profundizó y el exceso de agua fluyó hacia los drenes o hacia la napa freática, entonces parte de las sales se han lavado y los suelos han mejorado su potencial productivo”, indicó.

El especialista puntualizó que en la región Piura se cuenta con 244,924 hectáreas cultivadas, de las cuales se estima que 112,862 hectáreas están afectadas por salinidad en diversos niveles, lo cual en alguna medida ha sido mejorados por el periodo lluvioso.

Las lluvias también aportan nitrógeno, considerando que, en zonas poco industrializadas como Piura, como mínimo caen 15 kilos de nitrógeno por hectárea, y calculando aproximadamente en 33 kilos de urea por hectárea, multiplicado por las 244,924 hectáreas sembradas en la región, al precio actual de la urea, Yaku nos regaló S/.23,960,000, solo teniendo en cuenta el área agrícola.

El DATO

La sedimentación, también afecta los cauces. Por ejemplo, el 12 de marzo de 1998 el río Piura condujo un caudal de 4,424 m3/seg, el 27 de marzo de 2017 fluyó un caudal de 3,468 m3/seg. Con este último caudal la ciudad de Piura se inundó, debido a la disminución de la sección hidráulica del río y una menor capacidad de conducción por efecto de la acumulación de sedimentos en el fondo del cauce.

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